Como si fuéramos dos reporteros de ‘España directo’, Roger y yo nos hemos dirigido cámara al hombro a recoger las impresiones que genera el nuevo cuartel de bomberos provisional en el Parc Joan Miró de Barcelona, que hoy ha empezado a funcionar.
Los vecinos llevan varios meses protestando, desde que a mitad de verano el Ayuntamiento anunció la nueva ubicación del equipamiento. Se quejan de que el edificio resta metros al parque, de que la construcción es ilegal, de las sirenas que a partir de esta noche tendrán que soportar y, sobre todo, sospechan que tras los cuatro años de vida previstos para el cuartel el edificio se mantendrá para otros usos municipales.
Los bomberos tampoco parecen nada contentos con el cambio. Aún no tenemos voz oficial del cuerpo –la convocatoria de medios era por la mañana-, pero hemos charlado con alguno de los trabajadores que empezaban su turno en el nuevo cuartel. “Estábamos mejor antes” era la opinión unánime.
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